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Dijon, “Baby!” y 'Baby': El viaje sonoro que te hará sentir TODO el desmadre del amor (y la vida)

Dijon está de vuelta y lo amamos tan cabrón, este genio de Los Ángeles que le da la vuelta a todo lo que conocemos como pop, soltó un sencillo que es una maravilla llamado "Baby!", y con él, ¡su esperadísimo segundo álbum, Baby. Esto no es solo música, es una experiencia que te va a volar la cabeza, te va a apapachar el corazón y te va a dejar con un "qué pedo" en la boca, pero del bueno. Es un vibe tan honesto y desordenado que te sentirás como si estuvieras viviendo una película dramática, ¡pero con el mejor soundtrack posible! 


Dijon Baby

Prepárense para sentir un chorro de cosas que ni sabían que tenían guardadas. Vamos a clavarnos primero con el sencillo "Baby!". Esto es como una tarde de esas donde te pones a recordar cómo empezó todo con esa persona especial y ahora van a tener un bebé. Dijon lo narra de una forma tan cruda y real que te sientes parte de la historia. Desde que "bailé con tu madre antes de saber su nombre" hasta el momento en que "me volví loco con tu madre, terminamos en la cama", es la cronología de un amor que se va gestando entre risas, besos en el cuello y la anticipación de una nueva vida. 


La rola tiene esa vibra de que las decisiones se toman en el momento, con la voz un poco rasposa, como si se hubiera echado unas cuantas chelas la noche anterior. Y cuando llega el verso "Tocó tu vientre como un millón de veces, Señor / '¿Cuánto tiempo hasta que aterrices?'", neta, se te eriza la piel. Es la vulnerabilidad de un hombre que se enfrenta a ser papá, con el corazón en la mano. Y ese coro que repite "Bebé, que cosa tan hermosa", es un suspiro de asombro ante la belleza de lo que está por venir.


El sonido de "Baby!" es una chulada. Es el sello de Dijon, una mezcla caótica pero deliciosa de samples que tartamudean, electrónica abstracta que se desliza y se escurre, guitarras distorsionadas y sintetizadores celestiales. Es como si estuvieras escuchando la banda sonora de tu propia vida, con todas sus imperfecciones y momentos épicos. El ritmo es medio entrecortado, pero justo eso le da una onda bien única, te mantiene atento, esperando el siguiente movimiento.


Ahora, el álbum completo, Baby, es otra onda. Si su debut Absolutely ya era crudo y desordenado a propósito, aquí Dijon le sube tres rayitas a la experimentación y la rareza. Como si hubiera agarrado el pop, lo hubiera destrozado y lo hubiera vuelto a armar a su manera. Él mismo lo dijo: quiere meterle "opciones sónicas más desordenadas y extravagantes" al mundo del pop, ¡y vaya que lo logra!


El disco te recibe con samples que balbucean y electrónica que se retuerce, creando un collage sonoro que es una locura. Es una especie de maximalismo de "todo vale" que, curiosamente, intensifica las emociones con las que Dijon juega. Aunque está lleno de canciones de amor (dedicadas en parte a su esposa Joanie), el álbum también se clava en la intensidad de ser un nuevo papá. Es como si el amor se tejiera con el miedo, el dolor y la duda que se esconden en cada esquina de las canciones. Es esa sensación de que por cada alegría, hay una amenaza latente.


Dijon armó este discazo en casa, en "aislamiento" con su familia, y se nota esa concentración en cada pensamiento, en cada sentimiento que explora. Las letras son directas, simples, sobre el corazón, pero su forma de cantarlas, a veces un poco deshilachada, les da una complejidad brutal. En la canción que le da nombre al álbum, un baladón dedicado a su hijo, hay una promesa susurrada de protección: "Si pudiera quitarte el dolor, sabes que lo haría". Es la coexistencia de la alegría de una nueva vida y la oscuridad del dolor y la pérdida.


Musicalmente, Baby es bold, irreverente y exploratorio. Los colaboradores como Mk.gee, Andrew Sarlo y Henry Kwapis ayudaron a construir este universo donde las líneas vocales tensas se abren paso entre capas de instrumentación precariamente arreglada y sampledelia nebulosa. Es como si cada revelación lírica se ganara a pulso, como si Dijon luchara por salir a la superficie de su propia música, gritando sobre el amor que le arrebató a la adversidad. Aquí se siente la influencia de artistas como Frank Ocean, Bilal, D'Angelo e incluso el lado más experimental de Prince. Dijon se atreve a sonar "mal" para sonar, en realidad, ¡perfecto!


Baby es un álbum para cuando sientes que todo es demasiado, cuando no sabes si reír o llorar, así que simplemente haces ambas cosas y no te guardas nada. Es una visión espectacular del soul, pop y R&B que te estira los límites del sonido y el sentimiento.





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