Natalia Lacunza, Jesse Baez “UN CASTIGO”
- Editorial TORT
- hace 5 días
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¡A ver, a ver, pongan atención! Porque una de nuestras artistas destacadas de la new wave española acaba de dar un paso enorme, y no vino sola. Natalia Lacunza soltó su nuevo single, "UN CASTIGO", y se trajo al genial Jesse Baez, nuestro crush del R&B latinoamericano, para esta joyita que es el primer adelanto de su segundo proyecto de estudio (sí, ¡álbum viene a finales de año!). Este tema no es solo una colaboración brillante, es un punto de inflexión artístico para Natalia, mostrando una narrativa mucho más madura, cruda y emocional.

"UN CASTIGO" es el prólogo de una historia de pérdida, juventud y reconstrucción, y neta, te va a pegar justo en la feels. Más allá de ser una rola de desamor, es el inicio de algo más grande, el prólogo narrativo de un disco que se planta como una reflexión profunda sobre el duelo, pero no solo el de una relación que termina. Habla de cuando todo lo que dabas por hecho en la vida se desmorona: lo que te daba seguridad, las personas que elegiste como familia, hasta la ciudad donde vives... todo parece desaparecer. Es confrontar una juventud que no fue como esperabas, esa sensación agridulce de darte cuenta de que la vida te pegó un giro inesperado.
La canción captura perfecto esa lucha interna, esa búsqueda del "tiro perfecto" en el amor que nunca llega. Y el título... "Mi amor... es un castigo", "siempre padece", "ya no tiene sentido", "porque no lo mereces". Es una forma brutal de decir que el amor mismo se siente como una carga, algo que te hace sufrir, que se vacía de significado porque, en el fondo, sientes que no eres digno de él. Las letras te envuelven en esa melancolía de usar "otra distracción pa' matar el tiempo", de querer "salir de mi cuerpo" para no sentir, esa confusión de "no sé lo que fue primero". Y cuando entra Jesse Baez en su verso, te lleva a otro nivel de introspección, hablando de estar en medio de lo que se fue y lo que nunca fue suyo, como un "náufrago" mirando el "océano". Es una exploración honesta del dolor y la pérdida, pero también el primer paso hacia la reconstrucción.
Y toda esa intensidad emocional está envuelta en una arquitectura sonora que es una masterclass de minimalismo y atmósfera. A nivel sonoro, "UN CASTIGO" se mueve con una delicadeza brutal entre el pop electrónico introspectivo, el R&B atmosférico y una sensibilidad alt-pop que crea un espacio íntimo y melancólico para la voz de Natalia. La producción (gracias, Pau Paredes, Pau Riutort y Ganges) juega con el minimalismo emocional, donde cada pausa, cada textura, cada sonidito tiene peso. No hay nada de más, y eso hace que la emoción se sienta más cruda. Y cuando entra Jesse Baez... ¡uff! Su voz, ese flow suave y distintivo, potencia cañón la atmósfera de la canción. La interacción vocal entre Natalia y Jesse le da un toque atemporal al tema, haciendo que se sienta "intergeneracional", como dice Natalia. Es un sonido denso en sentimiento, pero ligero en su ejecución, lo que lo hace aún más cautivador.
Con "UN CASTIGO", Natalia Lacunza da un salto cuántico en su carrera. Confirma su crecimiento brutal como compositora, vocalista y narradora, atreviéndose a ser más cruda, más vulnerable y, por lo mismo, más universal. La dupla con Jesse Baez es perfecta, sus voces y estilos encajan como si llevaran años cantando juntos, es un acierto total para arrancar esta nueva etapa.
"UN CASTIGO" es una declaración de intenciones, un prólogo poderoso, una exploración dolorosa pero hermosa de la pérdida y la reconstrucción. Es un himno de Natalia Lacunza para cualquiera que esté navegando esos momentos en los que la vida no salió como esperabas, y que te recuerda que está bien sentirse perdido, que es parte del proceso.
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